miércoles, 24 de julio de 2013

Instantes mágicos e irrepetibles

Tenía en mente un breve relato como primera entrada formal pero, como suele ocurrirme en ocasiones, "algo" se presenta que motiva mi atención, me pongo en marcha y tras el resultado de la "gestión" decido que lo visto hoy es más saisfactorio de compartir en este instante que el relato que rondaba por mi cabeza.
 
Y es que la vida es una cadena de instantes que individualmente no vuelven a ocurrir en un 100%. Quizás situaciones vuelvan a presentarse, ciertas condiciones puedan ser similares a otras y es cuando pueda pensar que se repite una ocasión o un momento específico.
 
Hoy agradezco no haber tenido más sueño, haberme despertado a las 06:00 horas y al mirar por la ventana desde la cama observar que la luna aún dominaba el firmamento, un cielo lleno de estrellas que no se apreciaban bien, dada la brillantez de la luz de la luna, pero que igualmente proporcionaba sensación de relax, de paz, de armonía. Me levanté de la cama, me vestí, tomé la cámara y el zoom y decidí salir a ver que veía desde una óptica diferente a la gran vista (y privilegiada) que suelo tener desde mi apartamento en Valdemoro.
 
Y......comenzó el espectáculo. Caminaba por las calles del pueblo, aún en penumbras e iluminadas por las farolas, y, según avanzaba cámara en mano, los ojos avizoraban todo el entorno comenzando a fluir simultáneamente ideas en la mente, una mente que elaboraba imágenes virtuales e impartía indicaciones  que el ojo, los brazos, manos y dedos aceptaban y actuando en consecuencia. Ver el resultado de cada foto en el visor LCD de la cámara era un aliciente pero también un reto a ir por más instantes que se que mañana ya serán diferentes.
 
 
 
Ya con la mente ideando  posibles imágenes nuevas, decidí tomar la Av del Mar Mediterráneo para llegar a la glorieta que está más arriba del Centro Comercial El Restón. Comenzó el juego fotográfico aprovechando tanto la naturaleza existente como viviendas y/o mobiliario urbano buscando imágenes agradables, simpáticas, curiosas, que dieran satisfacción a la temprana salida de casa. Y no se hicieron esperar.


Finalmente llegué a la Glorieta del Universo, mejor conocida como Glorieta de "El Astronauta", así llamada por tener una escultura de 4 mt de altura y mas de 2 ton. de acero inoxidable elaborada por el escultor gallego Francisco Leiro en 2001. La escultura es toda una referencia en el pueblo. Y ver a la luna y al astronauta juntos resultó simpático aunque la luna se veía chiquitica. Supongo que Neil Armstrong la vio y la sintió diferente al pisarla, al menos sin edificaciones a su alrededor.
 
Tras la imagen del astronauta con la luna creía que culminaba la sesión. Nada más girar 180° para empezar el camino de regreso a casa cuando observo en el horizonte destellos en tonos rosa hacia rojo indicativos de que el sol comienza a preparar su aparición.  Camino calle abajo buscando "ubicación ideal" para retratar el amanecer. Pero esto no se prepara, simplemente los instantes se ven, se observan se decide o no hacer algo con el y se sigue al siguiente instante. Y pensar que eso ocurre en fracciones de segundos y es el tiempo que tenemos para decidir que hacer. Comenzó a aparecer el sol y se repitió el proceso en el organismo, igual que más temprano. Moverse un poco hacia un lado o hacia otro, aprovechar el entorno, intentar ser un poco imaginativo y creativo y, de nuevo, un resultado que me hace sentir satisfecho. Teniendo que mejorar y pulir detalles para lograr esa sinergia perfecta, mejor dicho, lograr una sinergia satisfactoria ya que siempre todo es mejorable. No es perfecto aunque busque la perfección, he ahí el estímulo.
 




 
Me faltaba algo más, quería algo más. Quería a la luna y al sol en la misma imagen pero estaban en polos opuestos. No podía ir a casa a consultar el calendario lunar a ver cuando tenerlos mas cerca y en mejor orientación. De pronto, bajando la calle, una furgoneta estacionada me daba la posibilidad de una imagen sin demasiado brillo o reflejo de luz solar. Fue como una bendición.
Tenía la imagen buscada, mejorable pero la tenía. Más satisfecho aún seguía el camino a casa. Opté por entrar en el Parque Tierno Galván, está muy cerca de casa, a respirar un poco de aire puro en medio de su caminería, bajo sus árboles, con el fresco de la mañana, pasear junto al lago donde suelen nadar los patos que, para sorpresa, deambulaban casi todos por el parque en busca de pequeños trozos de comida. Lindo y enternecedor instante, mágico ambiente.




Seguramente mañana, la próxima semana, en uno o varios meses o dentro de quien sabe cuanto tiempo o en que lugar habrá instantes y momentos maravillosos en los que habrá valido la pena estar. Pero lo vivido y sentido hoy es irreemplazable y agradezco a la vida por ello.
 
Que lo disfruten.

4 comentarios:

  1. Qué bonita experiencia y qué lindas imágenes. Celebro cada momento de inspiración porque los demás, tus fans, podemos sentir esa paz que transmiten y que transmites tú. ¡Enhorabuena una vez más!

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  2. Gracias por tus palabras, son estimulantes y animan a seguir creando y recreando.

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  3. Mi querido Andarín realmente este sitio permite que soñemos y nos transportemos a esos lugares y momentos maravillosos Graciasss!!! ... por compartir tus vivencias y experiencias de vida ... momento a momento

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    1. Gracias Claudia por tus palabras. Celebro guste y disfrutes del relato pues es grato y placentero compartirlo intentando, de alguna manera, que lo perciban casi como si estuvieran en el lugar.

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